Estimad@ Lect@r,
A veces nos suceden cosas que nos parecen malas. Sin embargo, cuando adoptamos el pensamiento holístico nos damos cuenta que no son como parecen.
Hace poco tiempo tuve una experiencia muy interesante que quiero compartir contigo a través de esta publicación. Y digo interesante porque fue una gran lección. Algo que verdaderamente me hace ver la vida de una manera diferente…
“Eran como las 2 de la mañana de un domingo y de pronto me desperté con una fuerte sensación de náuseas y poco después empecé a vomitar. A medida que pasaban las horas un fuerte malestar me obligó a ir a la sala de emergencia. Sinceramente nunca había tenido una sensación similar.
Estando en el servicio de emergencia del hospital el malestar se agudizó que hasta las lágrimas se me corrieron. La verdad es que me sentía intrigada, sin entender lo que me estaba sucediendo. El día anterior había degustado una agradable comida en Apple Bee’s y me preguntaba si algo me había caído mal… ¡Mi lado izquierdo del cerebro tratando de encontrar una explicación!
De pronto, fue mi lado derecho del cerebro el que empezó a actuar, me tranquilicé y dejé de encontrar explicación. Me pregunté a mi misma, ¿Por qué estás llorando? Dejé de pensar y permití a mi ser interno que me iluminara…
De pronto recordé “Quien Soy” y una sensación especial me invadió. A pesar del gran malestar físico que sentía, empezaba a sentir algo muy especial en mi interior. De pronto, sentí como si alguien me hubiera enviado un mensaje diciéndome que estaba en un proceso de transformación…
¿Transformación? Me pregunté a mi misma y tuve la sensación de que algo nuevo y diferente nacía en mí, y entonces decidí “escuchar” a mi ser interno, y a mi propio cuerpo.
Después de unas horas, el doctor me dijo que tenía una infección viral estomacal, algo muy común en esta época del año en esta zona de Estados Unidos (New Jersey).
Era la primera vez que pasaba por una experiencia de esta naturaleza. Si bien en ocasiones anteriores he enfrentado algunas infecciones bacteriales respiratorias, nunca había tenido la oportunidad de experimentar una infección viral estomacal y mucho menos de esta magnitud (vómitos, diarrea, fuerte dolor de cuerpo, escalofríos, etc.).
Sin embargo, pronto puede entender y comprender el verdadero significado que esta infección viral tenía en mi vida.
Siempre pienso que todo tiene una razón de ser. Las casualidades no existen. Existe la causalidad. Y esta infección viral estomacal tenía una causa y una razón: necesitaba aprender una lección.
Así que estando en la cama del servicio de emergencia del hospital le pedí a mi SER interno que me permitiera saber lo que necesitaba saber.
En primer lugar, pude comprender que aunque parecía que mi centro emocional (estómago) estaba siendo “atacado”, en realidad estaba siendo limpiado, porque un virus es un elemento que “barre con todo”, así como cuando una computadora es atacada por un virus, éste borra toda la información, ¿Verdad?
Es mi caso, el virus estaba borrando emociones negativas que yo tenía en ni interior y que no había eliminado.
Pues eso era lo que yo necesitaba hacer. Necesitaba limpiar mi centro emocional, librarme de emociones viejas, guardadas, escondidas, y de las que no era consciente, para que quede el espacio vacío para nuevas emociones de transformación, de paz, de amor y de prosperidad.
Muchas veces guardamos emociones nocivas que nos perjudican tanto en la salud como en nuestro afán de alcanzar prosperidad. Más somos inconscientes de esto. Muchas veces no las reconocemos y ni siquiera sabemos que existen; sin embargo, mientras sigan en nuestro interior, nos ayudan a protagonizar nuestro papel de “víctimas” o a auto compadecernos de nosotros mismos, una actitud adictiva de la que pocas veces somos conscientes.
Efectivamente, nuestro cerebro se vuelve adicto a las sensaciones de las emociones negativas que sentimos. Por esa razón, es que muchas veces cuando decimos que queremos hacer un cambio en nuestra vida, difícilmente lo logramos a pesar de la firme determinación que tenemos.
Y, para acabar con esta adicción perjudicial, necesitamos eliminar las emociones negativas que las producen y colocar nuevas emociones positivas.
Nuestras propias adicciones internas nos sabotean.
Por ello, es que eliminar las emociones negativas nos permite crecer internamente, nos permite generar energía positiva y, con ello, atraer prosperidad a nuestra vida. Esa es la razón por la que necesitamos hacer un trabajo interno a diario y de instante a instante.
Volviendo a mi historia, yo necesitaba eliminar algo que tenía muy guardado, y que de manera inconsciente me hacía sentir temor o culpabilidad. Emociones negativas inservibles para cumplir mi propósito de vida.
Sin embargo, yo no era consciente de su existencia y de cómo estaban perjudicándome. Entonces una fuerza más fuerte que yo (valga la redundancia) tuvo que intervenir. La fuerza de un virus. Así de simple. El universo sabe lo que necesitas y te lo da cuando haces tu trabajo interno.
Verdaderamente yo no estaba pidiendo que me enviara un virus. Días antes estaba afirmando que “El amor inunda ni ser” (trabajo interno). Al hacerlo, me conecté con el universo para recibir lo que afirmo por fe.
Más, para que mi ser se inunde de amor, necesito estar limpia de emociones negativas. Así que esta infección viral me ayudó a llenarme de amor. De hecho, una vez que empecé a restablecerme, después de unos días, he sentido como mi ser se inunda de amor, de una energía muy especial, algo verdaderamente trascendental. Una verdadera transformación.
Lo curioso es que cuando empecé a comprender el trabajo del virus en mi estómago, el fuerte dolor del cuerpo que sentía así como el malestar se empezaron a desvanecer. Adicionalmente, dormí mucho, por tres días dormí como bebe. Sabemos bien que el sueño es sí es un proceso de transformación, de carga de energía. Y el número tres es un número de espiritualidad. ¿Ves cómo el Universo nos da señales?
He sentido como mi cuerpo se restablecía y se cargaba de una energía super especial. Sentía cómo el amor inundaba mi ser.
La infección viral estomacal que tuve fue una gran lección. Dejando de lado las molestias y pesares del cuadro físico, me siento muy feliz de haber tenido esta gran experiencia a la que denomino “interesante”.
Una vez más confirmo que el Universo, Nuestro Padre Celestial, Dios, o como tú lo quieras denominar, siempre nos escucha y nos da lo que necesitamos y merecemos. Una experiencia que parecía mala, resultó siendo muy buena.
Ahora estoy lista para recibir emociones muy positivas, así lo siento y así lo vivo. Por eso decidí compartirlo contigo.
Nuestro ser interno es maravilloso. Él nos da todas las respuestas, y cuando dejamos que se manifieste vemos las cosas muy diferentes, desde un punto de vista holístico.
Creo que es importante señalar que cuando algo nos sucede en lugar de preguntarnos el “por qué” (lado izquierdo del cerebro), nos preguntemos “cuál es la lección que necesito aprender” y dejar que el lado derecho de tu cerebro trabaje haciéndote ver lo que aún no ves y permitiéndote sentir lo que aún no sientes. En otras palabras, dejando que tu ser interno se manifieste, ya que ese es su canal comunicativo.
En realidad, las enfermedades son solo señales. Son mensajes de nuestro ser interno para tomar acción. Una acción de cambio. Son mensajes de nuestro cuerpo que necesitamos escuchar para hacer un trabajo interno.
¿Qué te dice tu cuerpo? ¿Qué te dice tu ser interno? ¿Estás dispuesto a hacer el trabajo interno que necesitas para atraer prosperidad a tu vida? ¿Tienes alguna experiencia similar que te gustaría compartir? Déjame tu comentario.
A tu servicio siempre,
Fortuna Alcocer.
Fundadora de la Escuela de Prosperidad Shri Sama
New Jersey, USA.
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